Taberna Los Gallos

Una taberna situada en el exclusivo callejón de Puigcerdá, en pleno barrio de Recoletos y con distintos espacios y dos terrazas, una situada a pie de calle y la otra en una increíble azotea. Está ubicado en una antigua casa transformada en este precioso restaurante de cuatro plantas y que cuenta con bodega. La comida es comida de mercado con un toque canario en honor a uno de sus dueños.

Su cocina abre de forma ininterrumpida y en cada momento del día sirven diferentes tipos de platos acordes con el momento y siempre muy cuidados. Por ejemplo, destacamos su deliciosa tapa de

tortilla de patatas casera, que elaboran cada mañana y que nunca puede faltar a la hora del aperitivo.

Además muchas veces cuentan con música en directo como sus días de afterwork animados con salsa, los las noches de los jueves y viernes de DJ's con música de ayer y de siempre para poder cantar y bailar y mucho más!

Yo cené en el salón interior, en la planta de arriba ya que era un espacio más tranquilo y con menos gente, la planta inferior parecía más para tomar una copa y alguna tapita. La cena empezó con un aperitivo basado en la tortilla con cebolla más rica que he probado en Madrid, acompañada de picos y unas aceitunas muy ricas. Siguió con tres entrantes, entre ellos los más famosos del restaurante, unas papas arrugadas con mojo, un carpaccio de calabacín con burrata, pesto, piñones, tomate seco y pasas; y unos chanquetes fritos con huevo que te acaban de preparar directamente en la mesa.

Mi plato preferido fue la burrata porque tenía un contraste de sabores delicioso y se notaba de muy buena calidad, además de que todo lo que sea queso me enamora.

En cuanto a los platos principales probé los tacos de pollo tikka masala con guacamole, mango y pico de gallo; deliciosos, aunque venían muy llenos y tuve que comerlos con cuchillo y tenedor. Además tenían un punto picante que no esperaba. Y el falso risotto de vieira, alcachofas confitadas y calabaza, con pasta tipo "puntalette", una pasta en forma de entre lágrima y granos de arroz utilizada típicamente para este plato. El risotto tenía muchísimo sabor y estaba delicioso.

Para terminar probé una cesta de hojaldre rellena de fresas naturales con chocolate caliente acompañada de helado de vainilla. Tenía un tamaño bastante considerable, yo lo recomendaría para compartir y estaba muy rico.

Me quedé con ganas de probar más cosas ya que la carta es bastante extensa y todos los platos tienen muy buena pinta y todos tienen toques especiales, no es la típica carta larguísima en donde todos los platos son los típicos, en este restaurante todos los platos te llaman la atención y te dan ganas de volver para probarlos, que será lo que yo haga!