Visita de unos familiares a Madrid

Cuando te mudas de ciudad de repente todo el mundo quiere ir a verte y aunque la mayoría de las veces esto no llega a la práctica algunas veces te ves de camino a Atocha para darles la bienvenida y deseando que no quieran pasar muchas horas bajo el sol.

El fin de semana pasado recibí una visita bastante exprés de unos familiares que ya habían estado previamente en Madrid y me gustaría contaros nuestro itinerario para daros ideas de que hacer en Madrid con este calor (justo fue los días de la famosa ola de calor). Comimos mucho y muy bien pero desgraciadamente no tengo muchas fotos de la comida ya que prefería disfrutar del momento (aún así alguna foto hay).

El primer día (sábado) decidimos que con el calor que hacía y lo tarde que era la mejor opción era pasar por un supermercado y coger algo rápido para comer en la habitación del aparta-hotel (gazpacho fresco, empanada de atún, fuet, queso, salchichón y bebidas frías). Al acabar el aperitivo nos dirigimos a Las Rozas Village ya que a mis familiares les hacía ilusión. Sinceramente yo recomiendo ir solo si tenéis coche y más en verano ya que es bastante doloroso el camino. Fui la única que triunfó en este viaje ya que arrasé con las ofertas en Levi's (en rebajas y además en outlet tienen muy buenos descuentos). Yo recomiendo ir a Las Rozas aunque sea para verlo ya que es como un mini pueblo lleno de tiendas de lujo, pero solo en otoño o en navidades que es cuando está más bonito y se puede disfrutar del paseo sin derretirse. A unos minutos en coche se encuentra el The Style Outlet con outlet de Nike (mi preferido), Converse, Lefties, etc., y la verdad que este vale muchísimo mas la pena, hay ofertas geniales!

Después de mi triunfada en el outlet y decepción para mis familiares volvimos a la ciudad para descansar un poco, ducharnos e ir a cenar al restaurante que habíamos reservado: Casa Macareno. Casa Macareno es un restaurante de comida tradicional española en pleno barrio de Malasaña donde disfrutamos de una cena genial con un servicio y una decoración impecable. Reservamos con unos días de antelación ya que suele estar bastante lleno y nos atendieron muy rápido. Probamos su ensaladilla con bonito en escabeche (con los encurtidos a parte) (riquísima!), la ensalada de tomate con ventresca y aceitunas, sus patatas bravas (picaban), los huevos rotos con gambones al ajillo y las croquetas (más bien croquetones) de jamón y trufa, con mucho sabor a trufa. La cena salió por unos 20€ por persona y nos quedamos muy llenos y satisfechos, estaba todo riquísimo.

La noche acabó yendo directamente a descansar y a la mañana siguiente nos volvimos a encontrar para dar una vuelta por Gran Vía, visitar el famoso Primark de 5 plantas y alguna tiendecita más. Estabamos muertos de calor cuando decidimos hacer tiempo para la reserva de la comida en un 100 montaditos.

La reserva del domingo era en un restaurante al que le tenía muchas ganas, el Asador Limbo, muy cerca del centro también. Había pasado muchas veces por delante y me había llegado un olor increíble así que decidimos probarlo. De entrante probamos el Guacamole con totopos de maíz morado y pico de gallo y de principales el Pollo asado al carbón (medio pollo), el Bocadillo de Brisket con un toque picante, la Hamburguesa Romualda con ternera a la brasa y las Costillas de cerdo ahumadas. Todo estaba INCREIBLE, de verdad que es de los mejores restaurantes que hemos probado en Madrid! Todo sabía a brasa, las raciones eran gigantes, todo tenía muchísimo sabor... Además el local es chulísimo y tienen cervezas y wisky artesanos propios también muy ricos. Íbamos con un perrito y nos dejaron comer dentro con el y le pusieron agua fresquita sin pedirla siquiera, la atención de 10 también! Merece una visita el restaurante, de verdad. Tienen varios dentro del mismo grupo que tenemos muchas ganas de probar también después de esta visita. Salimos también a unos 20€ por persona (pidiendo demasiada comida y bebida).

Ese día después de la comida fuimos directamente a hacer la siesta y nos encontramos más tarde en la puerta de un teatro para ver una función de ABBA. No voy a dar más detalles ya que era el último día de la función pero en Madrid hay mil teatros con mil opciones muy económicas perfectas para pasar un domingo por la tarde de inmenso calor, yo os recomiendo mucho mirar las programaciones porque hay opciones por menos de 10€ con las que pasaréis unas horas geniales. Salimos tarde del teatro así que decidimos cruzar la calle y pedir unas ensaladas y un poco de pollo frito en el Friday's. Yo soy fan de sus Fridays™ Sesame Chicken Strips aunque esa noche me los sirvieron un poco demasiado hechos... Pero bueno, seguían estando ricos! Por si no lo sabéis existe la aplicación Vips donde podréis encontrar descuentos tanto para el Friday's como para el Starbucks, Ginos y Vips y con la aplicación nos hicieron un 25% de descuento en la cena.

Al día siguiente ya era lunes y tenía que trabajar así que nos encontramos a la hora de comer en el Retiro donde comimos sushi del Le Club Sushita sentados en el césped resguardos a la sombra. La verdad que la atención no fue la mejor y el precio tampoco. Cogimos una bandeja de 24 piezas que nos salió por unos 26€. No tengo mucho que comentar sobre este local, el sushi estaba bueno y había bastante variedad pero no fue nada del otro mundo, tienen 5 locales más, puede que les de otra oportunidad ya que soy muy fan del sushi.

Nos volvimos a encontrar más tarde después del trabajo para disfrutar de unas croquetas y unas piezas de bacalao en el emblemático Casa Labra, la taberna donde se fundó el PSOE y ahora puedes disfrutar de una comida contundente. Probamos también las empanadas de ternera pero lo que más nos gustó y os recomiendo es las piezas de Bacalao, con dos o tres por persona y una cerveza tenéis la cena arreglada. No probamos platos más contundentes pero las mesas altas con sus taburetes no animan a pedir cosas más complicadas de comer, es más para una cerveza y un aperitivo rápido. La atención tampoco es la mejor del mundo pero son rápidos y eso siempre se agradece. Además el local data del 1860 y está muy bien conservado, os animo a no quedaros fuera y entrar a verlo ya que vale mucho la pena.

Después de esta cena fuimos a tomarnos un Llaollao a uno de los mil locales que hay por todo Madrid y nos despedimos hasta la próxima visita (en verdad nos despedimos a la mañana siguiente pero no hay nada más interesante de contar, más allá de un rollito de canela muy rico del Santa Gloria, una cadena de panaderías que también os recomendamos mucho para salir del típico Panaria).